«Traída de aguas» en Ávila desde las Hervencias (1 de 3) – junio 2025

«Agua de traída» se refiere al agua que se lleva a un lugar específico a través de tuberías o canales, en contraste con el agua que se obtiene directamente de un pozo, manantial, río u otra fuente natural.

Álbum de fotos: Javier Hernández y colaboraciones.

Junio 2025. Desde que en abril de 2015 asistí a una ruta por las Fuentes del Parque de San Antonio y de las Hervencias, no he podido dejar de pensar y buscar información sobre este tema.

Aquella ruta, hace ya diez años, me descubrió algo de lo que no tenía ninguna idea. Dentro de los Paseos didácticos por el Patrimonio Abulense, organizados por el Ayuntamiento de Ávila, y de la mano de la arqueóloga municipal Rosa Ruiz Entrecanales, tuvimos la oportunidad de conocer la importancia histórica que tuvo el proyecto de traída de aguas a la capital desde las Hervencias.

La topografía en las Hervencias es suave y sin accidentes, con ligera inclinación en algunas zonas. Terreno idóneo para la recogida de agua a poca profundidad, derivada de la meteorización de los granitos y de la acumulación de arenas y gravas arrastradas por escorrentías y cursos de agua.

Una importante circulación de agua subterránea a través de fracturas y zonas de alteración del granito (grietas y diaclasas) han dotado a esta zona de una capacidad freática notable, permitiendo la existencia de fuentes y manantiales históricos que han abastecido a la ciudad de Ávila desde el siglo XVI.

Aqva ferventia

Comenta José Miguel Muñoz Jiménez, en su estudio «El urbanismo del Siglo de Oro en Ávila: la modernización de la ciudad medieval (1550-1650)», algunos ejemplos constructivos heredados del urbanismo de los Austrias.

Fue en el reinado de Felipe II cuando se desarrollaron numerosas innovaciones urbanísticas, como la aparición de plazas mayores singulares, creación de jardines y grandes alamedas con sorprendentes fuentes.

Y aunque se aplicaron en la transformación de Madrid y Valladolid principalmente, ciudades que aspiraban a convertirse en sede permanente de la Corte, tuvo su efecto mimético en ciudades como Ávila, Guadalajara, Segovia o Toledo.

La preocupación por el abastecimiento de agua a la ciudad data de 1509, fecha del primer proyecto de traída de aguas desde las Hervencias hasta el Mercado Chico donde habría de colocarse una fuente con la figura de una cierva.

Los elevados costes de la obra, y la negativa de los eclesiásticos a pagar, aplazan el proyecto. Pero en las Actas municipales de 1524 vuelve a tratarse el problema del abastecimiento de los molinos, de las tenerías y las casas, así como de los guardas de río y de fuentes.

Aquae ductus

A principios del siglo XVI, el Concejo de Ávila inició la construcción de una conducción de agua desde el Cerro de las Hervencias hasta la ciudad, posiblemente reaprovechando restos de un antiguo acueducto romano. Emilio Rodríguez Almeida sugiere que la conducción era principalmente subterránea, aunque elevada sobre arcos en la actual plaza de Santa Ana. Se han encontrado restos de canales pétreos reutilizados en la muralla, lo que apoya la existencia de una antigua conducción romana, aunque esta debía estar arruinada a finales del siglo XV.

Las obras de la nueva conducción fueron iniciadas por Gonzalo Valles y Juan de Secadura —fuente del libro “Ávila, 1515”—, con trabajos documentados desde 1510 y terminados en 1537. El sistema incluía conductos, arquerías y arcas de captación y distribución, de las que aún quedan restos, especialmente en las Hervencias, donde el arca principal conserva una inscripción de la época de Carlos I. Además, algunas arquetas se construyeron en el siglo XVIII durante el reinado de Felipe V.

El acueducto aparece identificado en el plano de Coello (1864), y aunque gran parte fue destruido durante la remodelación urbana de los años 60, aún quedan algunos arcos visibles en fincas y medianeras, como en la calle Isaac Peral junto al convento de San José. También se conservan tuberías cerámicas del sistema, halladas en excavaciones arqueológicas en las calles Duque de Alba y Padre Silverio, así como en Las Hervencias.

Hasta la próxima entrega, donde trataremos sobre el estudio realizado por el Ingeniero de Minas Luis de la Escosura en 1872.

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