Canto del Sextilón, Mediana de Voltoya (Ávila) – abril 2024

Distancia: 8,54 km | Desnivel acumulado: 216 m | Tiempo: 2 h 43 min

Track: Mediana de Voltoya – Canto del Sextilón – Mediana de Voltoya

Álbum de fotos de la ruta: Javier Hernández y colaboraciones.

Abril 2024. Está vez sí. Por fin disfrutamos de un día especial entre encinares y roquedos.

A principios de este mes de abril, siguiendo las indicaciones de una ruta que habíamos bajado de Strava, aparecimos por este paraje cerca de la zona denominada Prado de las Lagunas, en el término de Mediana de Voltoya.

A la dureza de la subida, nos acompañaba la alegría de estar explorando un sitio totalmente desconocido para nosotros. Sin darnos cuenta nos íbamos adentrando entre los encinares tratando de no perder el sendero que nos indicaban nuestros GPS.

Hasta que llegó el momento que el río de Mediana (o río Ciervos) y el arroyo de Berrocalejo nos cortaron el paso y tuvimos que dar un buen rodeo para cruzarlos como pudimos.

Más tarde en casa, descubrimos que esa zona se denominaba Canto del Sextilón.

Esta mañana, unos cuantos miembros del grupo #SenderismoFácil hemos dejado los coches en la localidad de Mediana de Voltoya con el fin de encontrar el mejor paso que nos permitiera pasear «sin despistes» por esta zona tan bonita.

Caminar tiene la ventaja de que te vas fijando mucho más en los detalles. La velocidad es diferente y, junto a la conversación de los acompañantes, vamos descubriendo un sendero que discurre entre fincas con abundante ganado vacuno.

Una vez en la zona Canto del Sextilón, nos subimos a un grupo de piedras para poder divisar por encima de las encinas y tener una referencia más clara de dónde nos encontrábamos.

Al fondo divisamos la localidad de Cortos, que pertenece al municipio de Tolbaños. También sabemos que bajando por esta zona nos encontraremos con el punto donde se unen los ríos de Mediana y el arroyo de Berrocalejo. Esta zona se denomina Los Villares.

Hasta aquí hemos seguido el mismo camino que hicimos con nuestra bicicletas. Ahora comenzaría una pequeña exploración tratando de encontrar el mejor paso para cruzar al otro lado.

Es cierto que el caudal del río, 22 días despúes, ha descendido de manera importante. Pero aún lleva el agua suficiente para que nos haga plantearnos por dónde franquearlo.

De momento «Miguel» ya ha advertido que descalzarse no es una opción. Veremos en qué acaba esto, porque con las bicis lo cruzamos rodando (con algún sustillo incluido), pero caminando…

Con la tranquilidad que da llevar buenos compañeros, entre todos comenzamos a plantearnos por dónde podríamos cruzar. La corriente río arriba era mas suave, lo que nos hacía pensar que quizás en algún estrechamiento del cauce tendríamos nuestra oportunidad.

Cuando estuvimos por aquí, cruzamos el río montados en las bicis por la zona denominada Veguilla del Monte. Aunque desconocíamos si las ruedas iban a quedarse o no atrapadas en el fondo del cauce, debido a la gran cantidad de arena y piedras sueltas que arrastra el agua, nos lanzamos con fuerza y uno a uno conseguimos pasar a la otra orilla.

Hoy sería necesario descalzarnos y cruzar con tranquilidad, aunque la idea no prosperó 🙂

Escribe Miguel en los comentarios de este blog «…que en un paraje con tantas piedras y rocas la naturaleza mezcla dificultades con facilidades y es cuestión de ir atentos.«

Y acertó. Muy cerca de donde nos encontrábamos apareció este puente moderno (hecho con dos vigas de hormigón) que alguien había construido con muy buena intención.

La cara de mis compañeros en la foto parece que me están diciendo: ¡pero hombre, sólo hay que buscar un poquito!

Y es que estos chicos están muy acostumbrados a caminar por los montes. Que se lo digan si no a Pablo, que es incapaz de dejar de subir a las rocas que salen a su paso para otear mejor el horizonte.

Faltó tiempo para que los demás decidiéramos también apartarnos del camino e imitar sus mismas acciones. Algo que todos agradecimos cuando vimos las vistas del término de Tolbaños desde esta atalaya natural.

Ya en el camino de regreso, todos me comentaban el gran acierto que habíamos tenido al realizar esta ruta. Un día estupendo, magnífica compañía y un paraje desconocido que dejamos marcado con nuestro track para repetirlo en otra ocasión.

Siempre me gusta decirlo. Tenemos parajes sorprendentes para descubrir muy cerca de donde vivimos. ¡Aprovechemos la oportunidad!

¡Hasta la próxima ruta!