Las Meneas, La Hija de Dios (Ávila) – marzo 2023

Distancia: 12,95 km | Desnivel acumulado: 1.041 m | Tiempo: 4 h 29 min

Track : La Hija de Dios – Las Cepedillas – Chorreras de Villacarlón – Las Meneas – Majada de Las Flores – Las Aleguillas – La Hija de Dios

Álbum de fotos de la ruta: Javier Hernández y colaboraciones.

Marzo 2023. ¡Por fin! ¡Lo hicimos! Después ocho años, y de varios intentos, hemos recorrido este paraje, que ha sufrido una gran transformación.

Teníamos el recuerdo de abril 2015 de una zona de difícil recorrido debido a la frondosidad del entorno. En aquella ocasión tuvimos que adivinar algunos tramos donde la espesa vegetación de los piornos serranos habían colonizado los antiguos caminos carreteros. Caminos que, tristemente, han reaparecido debido a las secuelas del incendio de agosto 2021. Por otro lado, la maquinaria pesada ha creado una pista amplia donde se camina sin dificultad, si no fuera por la gran pendiente en algunos puntos. Con valores del 20% al 31%, los tramos del comienzo de la ruta nos obligó a hacer varias paradas para descansar.

Por ejemplo, teníamos la preocupación de cómo encontraríamos el paso de las Chorreras de Villacarlón, entra La Pedriza y Las Meneas.

En las instrucciones del usuario de Wikiloc Ulaque, leíamos que «el paso se perdía y había que ir un poco a ciegas, bordeando la ladera y sin perder altura hasta encontrar una alambrada y el paso más adecuado…» Pues bien, no queda nada de todo eso. Ni alambrada, ni piornos ni árboles. El fuego primero, y las máquinas después, han dejado expeditos los carriles que antaño se utilizaron para el «tránsito de los carros tirados por yuntas para el acopio de ramos».

Un pequeño esfuerzo más hasta llegar al punto más alto de nuestro recorrido. Sobre la cota 1.700 m hicimos un alto en el camino para comer el bocadillo y algún refrigerio, ya en Las Meneas.

Son estos momentos de descanso cuando más nos divertimos contando qué llevamos en nuestras mochilas o dando algún mini curso de cómo doblar una trenka, por ejemplo. Los más observadores aprovecharon para dirigir sus miradas lo más lejos posible y así descubrir las cumbres de la Sierra de Guadarrama, tratando de adivinar si tal o cual pico era el Peñalara o el la Bola del Mundo.

A continuación, ante nosotros apareció un paisaje muy diferente al que traíamos hasta ahora. Y esto es debido a la abundancia de agua y pastos en esta zona denominada Majada de las Flores.

Por aquí discurre el Arroyo de Cepalpino que, junto con el Arroyo de la Meneagrande, se unirán con las aguas del Río de los Arroyuelos.

Una casa reconstruida junto a una sólida valla nos indicaba que esta majada (paraje en medio del campo que sirve como refugio del pastor y del ganado) tiene aún una gran utilidad. Además, un pilón muy bien surtido de agua nos confirmaba que se trataba de un lugar idóneo para pasar las noches en épocas del pastoreo y de la trashumancia.

Descendimos por la senda que va paralela a la margen derecha del Río de los Arroyuelos hasta Las Aleguillas. Este camino es el que utilizan los paisanos de La Hija de Dios y de Robledillo para llegar hasta la Majada de las Flores.

Está muy bien marcado y se nota el tránsito de personas, como lo denotaban algunas callejas con acumulaciones de piedras a ambos lados del carril.

¡Y nos esperaba el vadeo del río!

Para ello, algunos decidieron confiar en sus botas de Goretex y cruzarlo con decisión. La mayoría, optamos por descalzarnos y aprovechar el frescor del agua para calmar nuestros pies. Otros, sin embargo, buscaron fortuna para franquearlo sobre las piedras pasaderas o por algún sitio más estrecho.

Revisando el track en Google Earth hemos descubierto algo muy interesante. Desde aquí se puede ir hasta «La Cruz Blanca«, pero eso lo comentaremos en otro artículo, porque hay una historia muy interesante para contar sobre este «encargo».

Proseguimos por las pistas de Los Helechales, que nos llevaron sin dificultad hasta nuestro punto de partida.

Una jornada muy gratificante. Tanto por la compañía (se va consolidando este grupo de #SenderismoFácil) como por haber disipado todos los temores que teníamos antes de regresar por estas zonas, después de tanto tiempo.

¡Hasta la próxima ruta!