La Umbría, Urraca-Miguel (Ávila) – junio 2021

Distancia: 9,32 km | Desnivel acumulado: 337 m | Tiempo: 3 h 40 min

Track circular: Urraca-Miguel – El Rodeo – La Umbría – La Retuerta – Las Chorreras – Los Turrales – Urraca-Miguel

Álbum de fotos de la ruta:   Maite Vicente, Javier Galindos y Javier Hernández

Junio 2021. Volvemos a Urraca-Miguel para recorrer las inmediaciones del río Voltoya. Ya lo hicimos en octubre 2020 y en marzo 2017 remontando su curso por la margen izquierda.

En esta ocasión hemos querido seguir un antiguo camino que nace en Los Turrales y que llega hasta La Retuerta atravesando la ladera media de La Umbría.

Una vegetación muy densa y crecida, debido a la gran cantidad de agua que ha habido en la última variación estacional (de otoño a primavera) nos tenía preparada grandes zonas de agua embalsada. Menos mal que elegí llevarme las botas Chiruca.

Caminar fuera de ruta, es decir, sin seguir pista o sendero, puede ser tan divertido como agotador. Cierto es que hay que realizar mayor esfuerzo, pero las vistas también son la recompensa a la valentía.

Lo que ya nos gusta menos son las alambradas. Nunca hemos visto ganado por esta zona, así es que suponemos que estas barreras responden más bien a la costumbre que tenemos los humanos de decir a los demás «cuidado por dónde pisas que estas tierras son mías».

Pues nada, buscamos ese punto donde la alambrada se mezcla con la naturaleza (en las grandes piedras, principalmente) y aprovechamos esa zona para sortearlas sin riesgo.

Caminar a media ladera es bastante cansado. Una pierna va todo el rato semiflexionada y la otra casi estirada. Se nota muy bien al tener que regular a distintas alturas los bastones.

Pero como decía antes, al ir por una cota superior a la del camino podemos disfrutar de vistas diferentes a las otras veces. Por ejemplo, la vista desde esta altura del dique de cuarzo creando terrazas naturales en Las Chorreras del río Voltoya compensan el esfuerzo.

Estamos caminando sobre la cota 1.300 m. Hemos divisado un buitre apostado en el Alto de las Peñas (1.422 m) y también vemos Peña Gorda (1.455 m) que parece que nos está provocando para que visitemos su cumbre.

Aún nos queda bastante ruta y nos parece un gasto de energía que quizás necesitemos más adelante. Ha comenzado a hacer bastante calor y no llevamos agua suficiente para ese recorrido extra.

Después de una más que oportuna parada para tomar algo de fruta (y seguir disfrutando del paisaje) hemos continuado la marcha siguiendo la intuición, porque no hay ningún sendero por aquí.

Como estudiamos el terreno días antes, distinguimos la colina que tenemos que descender para llegar hasta La Retuerta (una especie de hoz que marca muy bien el cauce del río).

Desde lejos se divisaba como una suave pradera, pero una vez que estás en el terreno descubres que hay una buena pendiente (cien metros de desnivel) lleno de piedras dispersas que hacen algo difícil caminar por aquí.

De lo que no cabe duda es que este año la sierra (todo el campo en general) está en su punto para disfrutarla caminando.

Los cantuesos están florecidos y, junto a las jaras y tomillos, desprenden un excelente fragor según pasamos entre ellos rozándolos con nuestro calzado. ¡Un verdadero placer!

De regreso por el camino, digamos oficial, el ritmo es más vivo. A la sombra de unos árboles aislados hemos comido el bocadillo, algo de fruta ¡y la chocolatina 72% cacao! que nos ha sabido de maravilla.

Llegando a Urraca-Miguel nos pasa lo de siempre, que sentimos cansancio en las piernas y nos alegra ver el coche que nos llevará de nuevo a nuestros hogares. Y en el intercambio de imprensiones y de fotografías surge la misma pregunta: Y el domingo siguiente ¿dónde vamos?

¡Hasta la próxima ruta!