Trashumantes extremeños por Ávila – mayo 2023

Distancia: 62 km | Desnivel acumulado: 522 m | Tiempo: 2 h 30 min

Track: Mezcla de recorrido caminando por La Hija de Dios y regreso en coche hasta Ávila.

Álbum de fotos : José Carlos González y Javier Hernández

Mayo 2023. He quedado con José Carlos para salir al encuentro de los ganaderos de ovejas merinas que están pasando estos días por nuestra provincia.

El sábado 27 de mayo nos enteramos por un tuit del Dr. Andoni Mendoza -médico de familia, médico rural, como se define en su bio de Twitter- que el extremeño José Manuel Sánchez ha salido de su localidad en Huertas de Ánimas (Trujillo, Cáceres) en una trashumancia obligada por la sequía y la excasez de pastos de su tierra.

Junto a su padre, también llamado José Manuel, familiares y colaboradores ha decidido realizar la trashumancia con un rebaño de 1.700 ovejas merinas hacia tierras leonesas. Se dirigen hacia Acebedo, en el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, en un recorrido de cerca de 600 km y que estiman podrán realizar entre 35 y 40 días de caminata.

Con la única información de que habían cruzado por Cuevas del Valle y que se dirigían hacia el Puerto del Pico, comenzamos a plantearnos la posibilidad de acercarnos a saludarlos para realizarles este pequeño reportaje.

Este fin de semana el pastor Jose Manuel Sanchez, con 1.700 ovejas,300 cabras, acompañado de su padre y dos tíos, los tres de casi 70 años, cruzarán el mítico Puerto del Pico y su calzada romana que atraviesa Gredos. De Trujillo a Riaño 600 km, ancestral trashumancia inmemorial. pic.twitter.com/KvrtMdt8CJ

— Dr. Andoni Mendoza (@andonimendoz) May 26, 2023

Durante el domingo 28 de mayo, día que las tormentas han descargado grandes cantidades de agua en Ávila, estuvimos planificando dónde podría ser un buen punto de encuentro, ya que sabíamos que estaban siguiendo la Cañada Real Leonesa Occidental. Fue cuando telefoneamos a la Asociación Trashumancia y Naturaleza, con sede en Cabezón de la Sal (Cantabria) para que nos diesen información por sus lugares de paso. Y fue un éxito, porque nos facilitaron el teléfono de José Manuel (mil gracias, Marity).

A partir de ese momento, y con varias llamadas telefónicas a José Manuel, pudimos deducir que el mejor punto de encuentro sería cuando cruzasen la carretera N-502 después de bajar el Puerto de Menga. Le comenté a José Carlos que qué le parecía si nos acercábamos y solo dijo ¡dame diez minutos para coger el material fotográfico!

El lunes 29 de mayo, a las seis y cuarto de la tarde, contactamos con el grupo de los ocho trashumantes extremeños. Iban guiando su extenso rebaño ayudados por sus perros mastines y de carea. Esto nos proporcionó una gran alegría sabiendo la dificultad que suponía encontrarlos al viajar nosotros en coche y ellos campo a través. Aparcamos nuestro vehículo fuera de la calzada y nos pusimos a caminar junto a ellos.

Después de los saludos de cortesía, y solicitar permiso para fotografiarles y grabarles, comenzamos a seguir sus pasos. Bueno, a intentar seguir sus pasos, porque no se detienen en su quehacer constante. Tienen un horario que cumplir, muchas tareas a realizar al mismo tiempo y eso obliga a que seamos nosotros los que nos tengamos que adaptar a ellos.

Se nos hizo cortísimo el tiempo y la distancia recorrida. Mientras José Carlos entrevistaba a José Manuel y a Ricardo, yo hablaba con José (hermano de Francisco Morgado Galet , quien ha realizado esta ruta ¡unas 45 veces!) y con Jose Manuel (padre). Nos contaban que «Paco» les iba ayudando por teléfono en los pasos en los que dudaban por dónde cruzar.

Y es que las cañadas actuales, lejos de la idea que tenemos todos, no son esas pistas amplias de 75 metros de anchura, ni están despejadas como pudieron estarlo en siglos pasados, cuando en 1273 Alfonso X El Sabio creó el Honrado Concejo de La Mesta. A pesar de lo que supuso la Ley 3/1995, de 23 de marzo, de Vías Pecuarias son muchas las dificultades que se presentan para que cañadas, cordeles, veredas y coladas mantengan ese aspecto idílico que todos imaginamos cuando consultamos los mapas del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

Estos trashumantes llevan consigo los mapas (en hojas plastificadas) marcados con los caminos y pasos que tantas veces recorrieron los pastores de épocas pasadas. Pero de nada sirven si los campesinos aran y siembran espacios destinados a las cañadas, o si los ganaderos de rebaños estantes cercan y vallan terrenos que no deben, mermando así esa distancia de «seys sogas de marco de cada quarenta y cinco palmos la soga«, equivalente a noventa varas castellanas (75,22 metros) que hace siglos quedó establecida.

Es difícil expresar sólo con el teclado lo que hemos sentido durante la hora y media que hemos acompañado a estos simpáticos extremeños, que ni las inclemencias hacen que desaparezcan las sonrisas de sus caras. Ni cómo agradecer su amabilidad dedicando su tiempo y su conversación a dos extraños armados de cámaras, grabadoras, móviles y hasta un dron, vestidos con ropa desaconsejada para ir por el campo. Mucho menos para caminar entre un rebaño tan numeroso.

Por suerte contamos con la excelente habilidad de José Carlos para plasmar gráficamente lo que supone una mínima parte del trabajo de estos valientes que, en la época en la que nos encontramos, aún apuestan por caminar junto a su cabaña en vez de hacerlo con los vehículos pesados que transportarían a su ganado en unas cuantas horas.

De verdad, os estamos muy agradecidos y trataremos de volver a veros en otoño, cuando regreséis a vuestras cálidas tierras.

¡Jaleeee jaleeeee…..!